Texi González | Imagen: Cedida por Paula Lázaro
Paula Lázaro dedica su vida profesional a la psicología deportiva. En la actualidad, trabaja vinculada al Área de Psicología del Deporte de la Federación Madrileña de Deportes de Invierno, donde se encarga de manera conjunta con la federación en temas de tecnificaciones de las diferentes disciplinas, de forma individual para quienes lo soliciten y con clubes que pertenezcan a la misma federación. Además, fuera de la federación trabaja con deportistas a nivel individual de otros deportes y ha colaborado con otros clubes ajenos a esta.
1. Desde tu perspectiva, ¿cuál es la relación que une la psicología con el deporte?
Bajo mi punto de vista, creo que la relación más evidente entre la psicología y el deporte se basa en que los deportistas, antes de ser deportistas son personas. Y analizan, piensan y sienten de la misma forma de hacemos cualquiera en nuestras situaciones cotidianas. A parte de eso, el deporte en sí mismo tiene muchos componentes psicológicos que tienen que ver con el planteamiento, la estrategia y la táctica, con las expectativas que podemos generar de cara a una competición… y sobre todo, el deportista se involucra emocionalmente con su deporte y a veces puede ser una relación muy dura por lo que cuantas más herramientas tengan para gestionar todas las situaciones de su deporte, mejor lo vivirán.
2. ¿Cuáles son las funciones de una psicóloga deportiva?
Las psicólogas deportivas lo que hacemos es aportar recursos que vienen desde la psicología y que sirven para optimizar el rendimiento deportivo, pero sin olvidarnos de garantizar el bienestar de la persona. De la misma manera que se realiza una preparación física y un planteamiento técnico y táctico, incorporamos esa preparación psicológica.
3. ¿A qué tipo de deportistas va destinada esta disciplina?
Ahora que se habla cada vez más de la psicología deportiva, parece que los destinatarios tienen que ser únicamente los deportistas de alto rendimiento. Y en parte sí que son personas para las que la psicología deportiva puede ser muy útil, porque cuando llegas a un determinado nivel muchas veces lo que marca la diferencia es el componente mental. Pero tampoco nos podemos olvidar del deporte base donde la psicología es fundamental para que los niños y niñas disfruten más y mejor de su deporte, para que vivan esa etapa formativa de la mejor forma posible y además empiecen a incorporar recursos que les sirvan para su futuro. Y por supuesto también en la actividad física y el deporte de ocio también podemos incorporar estos recursos con los mismos objetivos.
Además, una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que la psicología deportiva no solo va dirigida al deportista, sino también a quienes le rodean: entrenadores, familiares, árbitros…
Y que puede ser un trabajo dirigido hacia un deportista individual, un equipo o ser parte del propio cuerpo técnico, club o federación.
4. ¿Cuáles son las mayores dificultades que te encuentras en el día a día al ejercer tu trabajo como psicóloga?
Creo que la gran dificultad sigue siendo el tabú que existe todavía alrededor de la psicología, no solo en el deporte sino en todos sus ámbitos. Todavía existe esa idea de que para ir al psicólogo tenemos que tener un problema y estar locos y que si empezamos a ir es lo que va a pensar todo el mundo. En realidad, las personas que van al psicólogo es porque quieren cambiar una situación que están viviendo o quieren incorporar aspectos nuevos para mejorar. En el deporte, aunque cada vez se habla más de la importancia de la psicología, todavía hay que insistir mucho, “venderte” y luchar contra los “yo no creo en eso”.
Y ya que estoy hablando con vosotras que os dedicáis a informar sobre el deporte femenino, como psicóloga y mujer dentro del deporte hay veces en las que también te encuentras en situaciones en las que los comentarios o prejuicios pueden ser bastante patriarcales.
Por otro lado, otra de las dificultades que tienes que hacer frente como psicóloga es que tú también eres una persona y el vínculo que une al deportista con el psicólogo (sobre todo si buscamos un contexto en el que seamos parte del cuerpo técnico) va en las dos direcciones. Por lo que va a haber veces en las que tus emociones se vean también involucradas y sientas lo que siente el deportista (frustración cuando no salen las cosas, angustia, alegría por los éxitos…) o conectes con situaciones que está viviendo y eso como psicólogos lo tenemos que saber gestionar. Vamos que normalmente nos llevamos el trabajo a casa y le damos vueltas a las cosas.
5. ¿Cuáles son los pasos a seguir a la hora de preparar una terapia para un/a deportista determinadx?
Lo primero es siempre evaluar para saber por dónde dirigir las sesiones y qué es lo que necesita el deportista. De hecho, estamos evaluando constantemente porque las situaciones deportivas también cambian y porque en la primera sesión o en una consulta no vamos a tener nunca toda la información que necesitamos. Y tener en cuenta que no existe un patrón de actuación “A-B-C” sino que cada deportista es un mundo y aunque haya situaciones similares, cada uno necesita unas cosas u otras. Tenemos que escuchar a los deportistas (o entrenadores, familiares…), preguntar y saber sacar muchas veces información entre líneas.
6. Como profesional, ¿cómo crees que puede afectar a una mujer deportista que se le desvalorice como tal por el hecho de ser mujer?
Creo que muchas veces las mujeres deportistas “tienen que demostrar” mucho más y esa sensación de no poder fallar puede generar una presión añadida que no favorece nada al deporte. Y luego el sentirte poco valorada por el entorno (que muchas veces puede venir directamente de las propias entidades deportivas) genera frustración. Todavía queda un largo camino por recorrer como mujeres dentro del deporte.
7. ¿Has tratado a alguna deportista femenina con este tipo de problema?
La verdad es que nunca he tenido que trabajar una problemática de este tipo como psicóloga, pero sí que he estado en conversaciones con deportistas en las que el tema de la desigualdad ha estado muy presente. Creo que al final de una manera o de otra, todas las mujeres deportistas tienen que luchar contra situaciones de este tipo.